Si has recibido alguna de mis cajitas, habrás encontrado dentro una grulla de origami. ¿Sabes cuál es su significado? ¿Te apetece que te lo cuente?
Que desde pequeña me han encantado las manualidades no es ningún secreto, pero quizá no sepas que soy una enamorada de la cultura japonesa.
Cuando tenía calculo que unos 8 años, aprendí hacer grullas de papel (aunque siempre las llamaba pajaritas o palomitas), aprendí una tarde en la terraza de una heladería, lo recuerdo perfectamente, me enseñó un compañero de trabajo de mi madre con una servilleta de la heladería. Por alguna razón el proceso se me quedó grabado y desde entonces siempre las he hecho.

La grulla
Con los años descubrí más sobre el origami y sobre el significado de estas grullas.
En la cultura japonesa hay mucho simbolismo en torno a los animales y en concreto la grulla se asocia con la lealtad, el honor y la fortaleza.
Pero alrededor de esta figura de origami nació una leyenda muy bonita que dice que si consigues construir mil grullas de papel, tu deseo se hará realidad.
Durante la guerra de Hiroshima, una niña llamada Sadako Sasaki enfermó de leucemia a causa de la exposición a la radiación de la bomba atómica. Mientras estaba en el hospital, una amiga le aconsejó hacer grullas de papel y que si llegaba a las 1000 podría pedir su deseo y curarse.
Sadako llegó a 644 grullas cuando falleció, pero sus amigos quisieron terminar la misión de llegar a las mil por ella con el deseo de que la guerra terminara, convirtiéndose este acto en un símbolo de la paz para todo el mundo.
Y por eso es un símbolo de la paz, la felicidad, la buena suerta y la protección de la familia y los más débiles. Es habitual en Japón regalar grullas de Origami para desearle a la otra persona felicidad, salud y prosperidad, ya sea a una pareja que se casa, a un bebé recién nacido, a alguien enfermo o simplemente a una persona a la que se quiere mucho.
Sadako Sasaki

Esa es la razón por la que en cada paquete que envío de la tienda online va una grulla, con mis mejores deseos para cada uno de vosotros y con la ilusión de algún día haber conseguido hacer mil.

¿Qué te parece? ¿Te apetece aprender a hacerlas? Pues te dejo una imagen con la forma clásica de hacerlas y un pequeño vídeo de cómo las hago yo, que difiere un poquito pero es como aprendí con 8 años en aquella heladería y es como me encanta hacerlas.

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Contadme si probáis a hacerlas y si queréis enseñádmelas y etiquetadme en Instagram.
¡Feliz día!
Patri.-